Los clubes bien gestionados, son administrados por un presidente que por lo general sabe de negocios, de finanzas, que haga del deporte, y sabe entregrarse al máximo por el club que tienen a cargo.
Pero hay veces que la administración es llevada por torcidos, por favores a los políticos, a los narcotraficantes, a personas empresarias a las que se les deben favores.
La corrupción absorbe el deporte, los aficionados tenemos derecho a que se nos respete el derecho al espectáculo, a ver un equipo elegante, que valga la pena, pero sobre todo debemos acabarla con la pasión.
Los negocios mal habidos siempre se llevan la mejor parte de los dineros, se lo roban cuanto pueden y hacen del deporte un mal negocio
Es por ello que a nivel de fútbol al igual que en el resto de disciplinas y en las demás entes de la vida, la corrupción acaban con la decencia de lo importante, de lo que vale la pena, y tendrán que pagar aquellos que hacen daños en la sociedad
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