sábado, 2 de julio de 1994

EL AUTOGOL DE LA MUERTE: ANDRÉS ESCOBAR 1994

Mucho tiempo después de que Karl Marx definiera a la religión como “el opio del pueblo”, llegó el fútbol para instalarse como anestesia de masas, como entretenimiento, como distracción temporal de tristezas, preocupaciones y sogas que aprietan el cuello de la población haciendo mella en su rutina, su día a día, en su existencia. Colombia es durante décadas ejemplo de una importante fractura social, de lucha contra el narcotráfico, de corrupción, terrorismo, hambre, guerras internas, capos y cárteles sanguinarios. Todo esto, acrecentado por importantes problemas económicos y por más de 50 años de guerra entre el Gobierno del país y las FARC, ahora inmersos en un proceso de paz que pretende que la nación recobre el pulso.
Los rescoldos de la violencia desmedida en Colombia en los años 80 (probablemente los más duros de su historia) continuaron en la siguiente década, con alrededor de 25.000 muertes por homicidio anuales en los primeros años de los 90, provocadas principalmente por el enfrentamiento entre guerrilla, paramilitares y el Estado, así como el narcotráfico. Como método de evasión paralela y orgullo común de fuerzas tan dispares apareció de una patada la ‘generación dorada’ del fútbol patrio. Su papel, si bien no pudo ser determinante en cuanto que es obvio que esta pasión no puede tener incidencia en cuestiones transcendentales, sí que fue disuasorio y conducto de felicidad, aunque sólo fuera durante 90 minutos más su estela semanal.
Una selección que sólo había participado en el Mundial de Chile 62 logró acudir en la década de los noventa a tres ediciones consecutivas (Italia 90, Estados Unidos 94 y Francia 98). De la mano de Francisco ‘Pacho’ Maturana nació la mejor generación de fútbol de su historia, liderada por Carlos Valderrama y en la que estuvieron ‘alistados’ René Higuita, Faustino Asprilla, Leonel Álvarez, Freddy Rincón o Adolfo ‘Tren’ Valencia. Fue el germen del equipo que consiguió el mayor éxito futbolístico del país hasta la fecha, la conquista de la Copa América 2001 en Colombia, también con Maturana al frente, que volvía al equipo tras un paréntesis de siete años.
El Campeonato del Mundo de EEUU se disputó seis meses y medio después de la muerte del narcotraficante Pablo Escobar, el azote de una sociedad colombiana que había sufrido como testigo de una vida plena de venganza, asesinatos y atentados terroristas con la droga como escaparate. Con la muerte del jefe del cártel de Medellín las mafias se disputaban el control del narcotráfico en el país.
El Mundial recibía a los ‘cafeteros’ con la vitola de ser uno de los favoritos para llevarse el torneo. Incluso lo fue para el propio Pelé, asombrado por el fútbol desplegado por Colombia y por su golpe de autoridad contra Argentina (0-5) en el Monumental de Buenos Aires en el último partido de la fase de clasificación (5 de septiembre de 1993). 






publ