Con una votación históricamente baja del 23%, pero con el
97% en favor del SI, la isla del encanto ha decidido que quiere formar parte de
los Estados Unidos, además de convertirse en el primer estado del país con
personas que hablan el español.
La isla se ha declarado en bancarrota, por lo que el
pueblo quiere recurrir a la bondad del empresario y actualmente presidente de
los norteamericanos para salir de su crisis.
La idea del Plebiscito era averiguar si el pueblo quiere
formar parte de la economía o si prefieren continuar con el modelo capitalista
que lleva la isla desde 1952
El referéndum ha sido promovido por el partido que
gobierna Puerto Rico desde enero, el Partido Nuevo Progresista, que sostiene
que integrarse en Estados Unidos como un estado más de pleno derecho es la
solución a los problemas económicos y de desarrollo de la isla; a su juicio,
unirse a la primera potencia mundial supondría una inyección de fondos
providencial y daría protección juíridica a la isla frente a sus acreedores.
El gobernador y líder del PNP Ricardo Rosselló, hijo del
exgobernador Pedro Rosselló, ha dicho tras conocerse el resultado que servirá
para "exigir y reclamar a Estados Unidos el fin de la indigna relación
colonial". "Hoy los puertorriqueños estamos enviando un mensaje
fuerte y claro al mundo, reclamando la igualdad de derechos como ciudadanos
americanos", afirmó el gobernador en un mensaje televisado.
En Washington los vientos no soplan a favor de la
integración de Puerto Rico. La mayoría republicana en el Congreso no lo ve con
buenos ojos porque supondría sumar a las elecciones presidenciales una
significativa masa de votantes de tendencia demócrata desde la isla y añadir al
presupuesto del Gobierno federal obligaciones con un territorio en vías
de desarrollo y con gran necesidad de asistencia.
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