Con el objetivo de reparar el daño que se puede ocasionar,
por lo general se recurre a dos caminos, el primero es hacer una
ventriculostomía, es decir, intervenir directamente en el cerebro haciendo la
reparación directa del ventrículo obstruido, eliminando todo el líquido
acumulado; o en segunda instancia implantar una válvula que contenga dos catéteres,
uno desde la válvula hasta detrás de la oreja, y otro desde el cerebro hasta el
abdomen para reabsorber lo que no puede salir con normalidad.
En todos los casos de la hidrocefalia, los niños nacen
prematuros, en mi caso debía nacer el 16 de Noviembre y mi fecha es el 4 de
Octubre, y tienen características físicas como, sufren de estrabismo, son bajos
de estatura con 170 aproximadamente, tienen pie plano, lo que significa que no
se puede apoyar normal sobre el suelo, dificultades de aprendizaje y atención, déficit
psicomotor, o incluso, como en algunos casos tiemblan las manos, a los casos de
hidrocefalia suelen confundirlos con el mal de Parkinson.
Los dolores de cabeza producto de la hidrocefalia son de
tiempo incalculable, y casi que te hacen perder la consciencia, pues en mi
caso, solo me concentraba en el malestar tan insoportable, hasta el punto que
cuando me preguntaban mi nombre, no sabía responderlo, no tenía fuerzas para
hablar.
hablar.
Particularmente, mis mayores dificultades fueron en el
primer año de vida, por la cantidad de entradas y salidas del hospital, las cirugías,
eso en Cartagena, y posteriormente la mudanza a Bogotá para un mejor
tratamiento, mencionando al doctor Pablo Enrique Baquero Herrera, como
fundamental en mi recuperación durante sus revisiones en la Clínica del Niño en
la capital de Colombia.
Tenía control semestral, cada seis meses, desde los 3 hasta
los 17 años con el especialista mencionado, pero a los 7 años tuve una
complicación con la válvula, lo que llevó a una 13 y definitiva intervención
quirúrgica. Fue un Jueves, 31 de Julio de 1997, después de varios exámenes que
indicaron que mi válvula estaba fallando, una intervención de la cual casi
salgo sin vida, pues mi corazón estaba demasiado agitado tal vez por el estrés
operatorio constante.
En esa cirugía se me apareció Jesús de Nazareth, en sueños,
vestido de blanco, tocándome el hombro, y diciéndome que me tranquilizara
porque me iba a sanar, que todo iba a estar bien. Y en efecto, van a ser 20
años de la última cirugía por hidrocefalia, y desde allí he llevado una vida
con normalidad.
Afortunadamente he contado con el apoyo de toda mi familia,
mis padres, mis hermanos, tíos, primos, y demás miembros, he tenido muchos
amigos, a los cuales he apreciado, y les he contado mi historia. Es una
enfermedad relativamente rara pues se presenta en una de cada mil personas, 1/1.000,
pero hay que decir que en mi caso, logré salir adelante, hacer el colegio,
primaria, bachillerato, estudiar una carrera de comunicador social y periodista
en la Corporación Universitaria Minuto de Dios en Bogotá, Colombia, y dedico
buena parte de mi tiempo a leer y comentar noticias en redes sociales, y
también en la creación de mi blog, ya que escribir y contar tus propias
historias, es lo que más me motiva de la periodismo, a parte de mi pasión por
ver y leer sobre fútbol tanto colombiano como internacional y ferviente hincha
del América de Cali aunque no conozca la ciudad del equipo.
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