El fútbol siempre ha sido un negocio, en el que sea como sea, tienen que avanzar los equipos grandes, no puede haber un pequeño ni por equivocación en instancias definitivas porque el arbitraje le cae encima, tal como le pasó a Colombia ante el local del Mundial Brasil en 2014, partido en el que nuestra selección la guerreó en la cancha, pero perdió 2-1 más que por su desconcentración, por el juego cochino de Brasil, que le pegó a James Rodríguez todo lo que quiso, y lo dejó frustrado al saber que Colombia merecía el paso a la semifinal del campeonato del mundo. Como consecuencia, después en la semifinal, Brasil perdería 1-7 ante Alemania, en lo que sería la peor humillación en la historia de los pentacampeones del mundo.
En este caso, cuando la FIFA ayuda a Argentina, sabemos que
a los albicelestes les va a ocurrir algo impredecible en Rusia 2018, quizás
sean eliminados del certamen por una selección supuestamente inferior y sin
objeción alguna.
Como sabemos, Argentina y Uruguay se aliaron en dos (2)
eliminatorias mundialistas, más exactamente para Corea del Sur – Japón 2002 y
Alemania 2006, sacando empates en el Estadio Centenario de Montevideo, para
sacar a Colombia del camino, y que los charrúas entraran a las repescas por la
ventana.
Y es así como la FIFA nos demuestra lo corrupta que es,
quitándole sanciones a los miembros de equipos grandes, dándoles beneficios
para que tengan un buen desempeño, a costa de perjudicar a los demás.
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