El 31 de enero de 1962 –hace cincuenta y cinco años– Cuba fue expulsada de la Organización de Estados Americanos (OEA), porque la mayoría de los miembros la consideraban incompatible con el sistema interamericano debido a sus fuertes vínculos con los países del bloque chino-soviético de tendencia marxista-comunista.
Así reza la Resolución número VI aprobada en la Octava Cumbre de esa organización celebrada en Punta del Este, Uruguay, del 22 al 31 de enero de 1962.
La resolución obtuvo catorce votos a favor y los votos en contra de México y de la propia Cuba. Se abstuvieron Argentina, Bolivia, Brasil, Chile y Ecuador, mientras que Venezuela, Colombia y Puerto Rico apoyaron la votación.
En uno de los momentos más tensos de la Guerra Fría, Colombia solicitó una reunión de ministros de Exteriores de Latinoamérica para analizar "las amenazas a la paz y la independencia política de los Estados del continente", pues consideraba que la "intervención de potencias extra continentales, encaminaban a quebrantar la solidaridad americana".
La convocatoria se produjo en un momento de especial preocupaciónpor la creciente injerencia del comunismo soviético y chino en Cuba, que temían que pudiera extenderse por el continente.
En el encuentro, los cancilleres declararon que la unidad continental y las instituciones democráticas de la región estaban en peligro por la intensificación de "la ofensiva subversiva de Gobiernos comunistas, sus agentes y las organizaciones controladas por ellos".
Alegaban que el propósito de esta ofensiva era la destrucción de las instituciones democráticas y el establecimiento de dictaduras totalitarias al servicio de potencias extra continentales, según la resolución adoptada entonces.
En la reunión, alegaron que las fuerzas comunistas querían implantarse en los países subdesarrollados y en América Latina, y como prueba citaron la toma de poder de un Gobierno marxista-leninista en Cuba.
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