El presidente de EE.UU., Donald Trump, cuya asistencia promete animar el Foro Económico Mundial de este año, le dijo al diario The Wall Street Journal que hace el viaje para actuar como animador de los Estados Unidos y promocionar los éxitos de su gobierno.
El mandatario se unirá a jefes de estado y ministros de más de 70 países en la ciudad europea a mayor altura (a más de 1.500 metros sobre el nivel del mar), de acuerdo con los organizadores de de la cumbre. También habrá cientos de periodistas ansiosos por recibir noticias.
Pero es la comunidad empresarial la que estará mejor representada. ¿Por qué?
La cumbre produce la mejor oportunidad del año para codearse con los directores ejecutivos, los banqueros centrales, los hombres de dinero de Wall Street, los reguladores influyentes, los políticos poderosos y sus séquitos. Esta es una red de gran altura, y no es barata.
A las compañías les cuesta más de 60.000 dólares comprar una membresía de base para el Foro Económico Mundial, y ser socio corporativo cuesta unas 10 veces más. La membresía hace que un director ejecutivo sea elegible para asistir a Davos, pero el boleto debe comprarse por separado.
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