domingo, 28 de enero de 2018

EL MIEDO A LA DENUNCIA, LA PENA DE UN MALTRATO O VIOLACIÓN

Muchas mujeres se juzgan por no denunciar un maltrato o una violación, por el estigma que genera ser violentado o abusado, ser maltratado en el fondo de su ser no solo físico, sino mental y emocional.

Las mujeres no piden tildarse de brutas; sino que más bien temerosas, les da miedo cantar la verdad porque la persona puede ser muy despiadada y acabar con su familia. Hay gente que sale a hablar de violaciones tan fácil como de comprar ropa sin saber el dolor de alguien que ha pasado por ello. 

A veces no es que no quieren denunciar, sino que les cuesta, y más en un país donde no hay justicia, donde no hay respeto por el otro, ni en gustos, ni en formas de vestir, o en tendencias de moda. Somos un país en decadencia en la medida que nos cuesta denunciar la verdad, no solo en casos de violencia sexual sino también en física y muchos casos de barbarie que se ven todos los días.

Es innegable que el caso de Claudia Morales con la violación que sufrió cuando apenas comenzaba su carrera periodística da para especulaciones de toda índole, hasta incluso tratarla de mentirosa. 

A veces la palabra de una mujer no es suficiente prueba contra las contundencias que puede mostrar alguien de poder, de calidad, alguien de los de la famosa frase "Usted no sabe quién soy yo" o " no sabe con quien se está metiendo".

Ser parte de la política o de los medios en Colombia es un arma de doble filo, que puede terminar mal si no se hacen las cosas bien, en un país donde la prensa no es libre, donde se puede encochinar hasta el más humilde de los periodistas. Un sofisma de distracción para ocultar el nombre de quien violentó para siempre la vida de una persona en su derecho a la dignidad física y moral






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