Tras ser campeón en el Torneo Clausura del fútbol de Colombia en 2008, el equipo de América de Cali tuvo su última participación en un torneo continental de Conmebol en la Copa Libertadores 2009 donde sumó solo 3 puntos en 6 partidos producto de 3 empates y 3 derrotas.
Tuvo tres años para olvidar, y cayó en una profunda crisis deportiva y económica que lo llevaron al descenso en 2011 a la Segunda División tras perder en la promoción de ascenso/descenso con el Patriotas de Boyacá.
Navegó por coco (5) años en la Segunda División, hasta que logró regresar a la máxima categoría de la Primera División al ser campeón de la B en 2016.
Con un aceptable 2017, y tras salvar la categoría, logró posicionarse en la séptima (7) posición de la Reclasificación, accedió a la Copa Sudamericana 2018, volviendo a un torneo internacional después de 9 años.
Y su regreso fue triunfal, pues logró vencer en el partido de ida de la primera fase a la Defensa y Justicia de Argentina en territorio bonaerense por 0-1 con un gol convertido por punto del penal por obra de Cristian Martínez Borja.
La mechita, el escarlata, la pasión de un pueblo, los diablos rojos, o simplemente América de Cali llegó con toda a la Primera División en Colombia tras 5 años de ausencia y con la clasificación de un torneo internacional después de mucho tiempo, tiene un futuro profesional y personal muy meritorio.
Los partidos son paso a paso, pero lo que ha logrado el América de Cali, porque demuestra que ha sido un gigante dormido, un equipo en reconstrucción que en todo este tiempo no ha hecho más que limpiar su nombre, enlodado por los dineros del narcotráfico.
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