Pensar que las series de televisión tienen algo de realidad en sus escritos hacen ver que no todo lo que se dice en broma debe ser tomado como chiste, sino que puede tomar como algo de lógica.
Luego de la salida de Ramón Valdés por sus problemas de salud, a Roberto Gómez Bolaños conocido como Chespirito, le tocó reinventarse para seguir con el Chavo del Ocho, con historias innovadoras.
Fue por ello, que al conocer a Raúl "Chato" Padilla, se le ocurrió rendir un modesto y pequeño homenaje, al pueblo conocido como Tangamandapio, que queda ubicado a 165 de la capital de Michoacán, la ciudad de Morelia.
Los tangamandapianos, como se les conoce, decidieron hacerle una estatua como homenaje, pues al ser poco nombrados por los medios de comunicación, por lo menos saben que al hablar de la serie de humor más antigua y popular del mundo, tienen un pequeño espacio dentro de los diálogos del Chavo del Ocho.
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