Pero el problema viene cuando los jugadores crecen y se vuelven rebeldes o cuando tal vez no entienden el mensaje del entrenador.
Tiene cinco años al mando de la selección Colombia, luego de su breve paso por el club Toluca de México.
Con la selección Argentina Sub 20, ha ganado tres mundiales, en primer lugar en 1995, luego 1997 y por último en 2001.
Llegó a Colombia con la prioridad de ganar algo o de hacer buenas campañas en su competencia. De hecho la tricolor cafetera clasificó sin problemas a Brasil 2014, y tuvo su mejor participación en los mundiales, alcanzando los cuartos de final cayendo ante el equipo local.
Supo siempre darnos alegría, pero la gente quisiera verlo en otro lugar, quizás por la desazón de sentirnos eliminados. El equipo anda en mal juego, y no está ni cerca del nivel serhace cuatro años.
La prensa olvida el momento de efervescencia y ahora solo vive criticando, se la pasa quejándose de lo que ve, a manera de impotencia como creyendo que Colombia alguna vez hubiese sido potencia.
Nuestro equipo nacional muestra sus debilidades, sus flaquezas, pero es ahí cuando más se debe apoyar, más se debe alentar, y dejarlo todo en la cancha y desde la tribuna.
No pierdan el tiempo pidiendo entrenadores de Colombia para la selección, hay que seguir el legado extranjero, alguien que nos enseñe la realidad pero que no nos haga volar en una nube de triunfalismo que nunca hemos pedido.
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