martes, 31 de octubre de 2017

HALLOWEEN, FIESTA DE DULCES Y DISFRACES

Halloween es una fiesta de origen pagano que se celebra la noche del 31 de octubre, víspera del Día de Todos los Santos, y que tiene sus raíces en el antiguo festival celta conocido como Samhain (pronunciado "sow-in"), que significa "fin del verano" y se celebraba al finalizar de la temporada de cosechas en Irlanda para dar comienzo al "año nuevo celta", coincidiendo con el solsticio de otoño.

Durante esa noche se creía que los espíritus de los difuntos caminaban entre los vivos, y se realizaban fiestas y ritos sagrados que incluían la comunicación con los muertos. Además, era habitual colocar una vela encendida en las ventanas para que los muertos "encontrasen su camino".


Con todo, los orígenes de la fiesta se han difuminado en el tiempo provocando que las interpretaciones sobre qué diablos se hacía en aquella celebración sean muchas. De hecho, se desconoce el momento exacto en el que se empezó a suceder.

Tan solo se sabe que tenía como protagonistas a los hechiceros britanos y que ya se practicaba antes de la conquista romana de las islas. Una campaña militar que comenzó con Julio César en el año 55 a.C. y que se empezó a materializar definitivamente en el 43 con Claudio. Independientemente de la fecha concreta, todas las fuentes coinciden en que el Samagín giraba alrededor de los druidas, los sacerdotes del pueblo celta.

Cuando se habla de Halloween o Día de las Brujas, se piensa en disfraces, máscaras, fiesta, dulces y niños. Pero la tradición indica que su celebración no siempre fue festiva y alegre y que los ritos que se practicaban durante la noche tenían un carácter purificador y religioso.

El 31 de octubre es una fecha asociada con los muertos, las almas en pena, las brujas y los hechizos. Estas características se deben a su cercanía con el Día de los Difuntos, que se conmemora en la primera semana de noviembre.





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