Cuando piensas en el día de San Patricio, probablemente pienses en cerveza verde, colgantes de cuentas que dicen “Bésame. Soy Irlandés” y todo el mundo hablando de repente sobre lo irlandeses que se sienten. Todo eso es estupendo, pero ¿Qué sabes sobre los orígenes de St. Patrick y de la fiesta?
St. Patrick (o San Patricio, como prefieras) está considerado el santo patrón de Irlanda, pero en realidad nació en Banna Venta Berniae, un pequeño pueblo en la Inglaterra de la época de los romanos, en algún momento a finales del siglo 300 de nuestra era. Actualmente ese pueblo no existe, pero estaba situado en algún lugar de la región de Northamptonshire.
En efecto, San Patricio no era Irlandés. Y ya que estamos, su nombre tampoco era Patricio, sino Maewyn Succat. Parece que fue él mismo el que decidió ser conocido como Patricio. De hecho, a lo largo de su vida le conocieron por varios nombres diferentes como Magonus, Succetus y Cothirthiacus.
Su padre, Calpurnius, era un diácono de la iglesia cristiana primitiva, pero Patricio no era lo que se dice precisamente un creyente. Su encuentro con la fe y su conversión al cristianismo no llegaron hasta que un grupo de piratas irlandeses lo secuestraron a la edad de 16 años, y se pasó los seis años siguientes como esclavo cuidando rebaños de ovejas.
Mientras estaba cautivo en el norte de Irlanda, Patrick aprendió el idioma y las costumbres de los irlandeses. Finalmente, logró evadirse de sus captores para regresar a Inglaterra, pero por el camino lo apresaron de nuevo. Esta vez los franceses. Fue durante su captura Francia donde se impregnó de la cultura monástica católica. Cuando lo liberaron y viajó por fin de vuelta a casa continuó sus estudios religiosos.
En algún momento, Patrick aseguró haber tenido una visión en la que Dios le pidió que llevara el cristianismo al pueblo irlandés (En aquel entonces la mayor parte de los irlandeses eran paganos y seguían creencias druídicas). Ni corto ni perezoso, Patricio regresó al mismo lugar donde le habían esclavizado a llevar la palabra de Dios.
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Huelga decir que, cuando llegó, ni él ni su palabra fueron bienvenidos. De hecho, tuvo que irse y decidió empezar por algo menos ambicioso. Comenzó a predicar en un grupo de islas de la costa y poco a poco se hizo con un grupo de seguidores. Desde ahí regresó a Irlanda con más fuerza y ya no dejó de predicar la palabra por la isla. Se dice que durante su vida bautizó a miles de personas (algunas fuentes hablan de más de 100.000). También ordenó nuevos sacerdotes y monjas, logró convertir a los hijos de los reyes de la isla, y ayudó a la construcción de 300 iglesias.
La leyenda dice también que Patricio expulsó a todas las serpientes de Irlanda. Suena bien, pero en realidad nunca hubo serpientes en Irlanda en primer lugar. De lo que si es probablemente responsable es de otra clase de plaga: el trébol.
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Según el mito, la pequeña planta de tres hojas que hoy es omnipresente en las celebraciones del día de San Patricio lo es porque el santo la usaba para explicar el concepto de la santísima trinidad . Los irlandeses veneraban a tres divinidades y tenían en muy alto concepto el número tres, así que Patrick pensó que usar el símbolo del trébol era buena idea.
En la actualidad, a Patricius se le conoce como St Patrick, pero en realidad no es ningún santo técnicamente hablando. La iglesia católica no lo ha canonizado, aunque sí que se le venera ampliamente en muchos lugares.
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Si no es un santo real, ¿por qué se le conmemora el 17 de marzo? ¿De dónde ha salido lo del color verde? ¿Por qué pensamos que un individuo que ni era irlandés ni expulsó a las serpientes de la isla es el símbolo de Irlanda?
El día de San Patricio comenzó como una celebración religiosa en algún momento del siglo XVII, y comenzó a celebrarse precisamente para conmemorar la llegada del cristianismo a Irlanda. La fecha era conocida como el día del festín (Feast Day) y se celebraba el 17 de marzo porque ese es el día en el que Patricius falleció (17 de marzo del año 461).
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A principios del siglo XVIII, los emigrantes irlandeses llevaron la festividad a las colonias norteamericanas. Es ahí donde el Feast Day comenzó a convertirse en la jornada que reivindica la herencia y cultura irlandesas que es hoy. A medida que más irlandeses cruzaban el Atlántico, la festividad fue ganando popularidad. Lo hizo tan rápido que el primer desfile del día de San Patricio se remonta a Boston en 1737.
En el siglo XIX, Estados Unidos recibió una masiva llegada de inmigrantes irlandeses que huían de un masivo período de hambreen la isla. Este aluvión transformó la fiesta en algo mucho más grande en lo que el resto de Estadounidenses querían tomar parte, fueran irlandeses o no.
En 1903, el Feast Day se convirtió en fiesta nacional en Irlanda y comenzó a ser conocida como día de San Patricio. Comenzó a celebrarse también en muchos más países ajenos a la órbita de Irlanda o Estados Unidos como Canadá, Argentina, Australia, Suiza o Rusia. Hasta se celebra en algunos lugares de Asia. No existen datos fiables al respecto, pero se cree que es una de las festividades más celebradas en todo el mundo.
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Desde que Chicago decidió teñir su río de verde por primera vez en 1962 para celebrar el día de San Patricio, la práctica de decorar la jornada con objetos de este color pasó a formar parte de la cultura general.
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De acuerdo, ¿de dónde sale entonces todo el tema de beber? Es una mezcla de contexto cultural, publicidad y estereotipos. Originalmente, el día de San Patricio o Feast Day suponía un levantamiento temporal de la prohibición católica de comer y beber ciertos alimentos conocida como Cuaresma. Eso permitía a los irlandeses disfrutar de un plato típico a base de col y bacon, pero no tiene nada que ver con ponerse ciego a whiskey y cerveza.
El Feast Day era una celebración católica y familiar, y de hecho, las tabernas solían cerrar por ley en ese día hasta bien entrado el siglo XX. Muchos irlandeses miraron con malos ojos la ingesta de alcohol ese día incluso en los años 70
La cosa cambió en los 80, cuando una campaña de publicidad de Budweiser asoció para siempre el día de San Patricio a la ingesta feroz de cerveza. El resto es historia, una historia empapada en alcohol que nadie parece recordar bien. Hoy, muchos creen que la costumbre de beber hasta caerse alimenta estereotipos negativos sobre la cultura irlandesa. Al menos ahora podrás tomarte una pinta de tu cerveza favorita sabiendo de dónde vine todo
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