Bogotá, como la Atenas Sudamericana, es una ciudad que está llena de personas de otros lugares, que ven en la ciudad un vividero perfecto, en el que nadie quiere hacerse cargo.
Los altos impuestos, como cualquier ciudad moderna en el mundo, sin implementar la modernidad que se promete, ni siquiera en temas de transporte, pues es de las pocas capitales que no tiene un metro, viendo alcaldes desde hace 80 años prometiendo la construcción que solo queda en planos, pero igual así y todo ha sobrevivido.
Es una ciudad en la que la inseguridad es el pan de cada dia, miedo de ser atracado hace parte de la vida de los habitantes, y aún más asesinado gracias al método de resistencia.
Pero también tiene lugares bonitos para conocer, tales como son el barrio La Candelaria, el Chorro de Quevedo, el Museo Nacional, el Museo de los Niños, muchos sitios de recreación como el parque Simón Bolívar.
Es una ciudad acogedora, pero a la vez muy maltratada por los nacidos en otros lugares, haciéndola ver como un lugar no apto para ello
Bogotá, la capital, la que me dio estudio, casa, y muchos aprendizajes, como no quererla, como no amarla, si es el hogar de todos y para todos. Hay que cuidarla y tratarla como se merece. Como el ejemplo digno de una capital de Sudamérica.
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