Como tal, la libertad de prensa permite a los ciudadanos la posibilidad de organizarse y crear medios de comunicación independientes del poder gubernamental, en los cuales tienen derecho de expresarse libremente y sin censura.
Uno de los mecanismos más directos para amenazar la libertad de prensa es a través de la censura previa. La censura previa consiste en prohibir la difusión de determinados contenidos por decisión de censores oficiales, es decir, funcionarios designados por el Estado para ejercer control sobre la naturaleza de los contenidos que los medios difunden al público.
Vea también ¿Qué es la Prensa?
La censura, asimismo, puede ser indirectacuando se vale de presiones, hostigamiento, ataques o amenazas de cierre de medios. De allí que, según la Convención Americana de Derechos Humanos (CADH), independientemente de que el sistema legal y político de un país no tenga disposiciones específicas orientadas a disminuir o atacar la libertad de prensa, puede considerarse que esta ha sido vulnerada si son empleados medios indirectos coactivos, como el control del suministro de papel (caso de periódicos), de frecuencias radioeléctricas, o de enseres o aparatos usados en la difusión de información, impidiendo así la libre difusión de ideas y opiniones.
La libertad de prensa es fundamental en los sistemas democráticos, pues permite a los ciudadanos formarse opiniones y criterios en relación con la realidad en que viven. Por este motivo, los medios de comunicación independientes son uno de los objetivos principales de los sistemas políticos antidemocráticos.
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