Fue aquel Sábado 12 de Abril de 2014, cuando a las 5 p.m y después de 5 años y medio de Universidad, la Corporación Universitaria Minuto de Dios, me otorgó el título por el que tanto luché, por el que tanto me esforcé, lograr ser profesional de lo que me gusta, lo que me mueve, la comunicación social y el periodismo
En un país como Colombia
donde las circunstancias son difíciles para los profesionales en la materia, de
los que tenemos millones de amenazas de muerte, de restricción de nuestra
carrera, por censura, por falta de oportunidades.
Un comunicador social hace
labores comunitarias, en empresas, ante entidades públicas del Estado, ante la
sociedad. El periodista informa a la gente, lucha por sus objetivos, consigue
metas, lucha por lo que quiere, se esfuerza y se esmera por unos objetivos
claros dentro de su vida profesional.
Aunque el país no me dio
oportunidades de ejercicio, por lo menos le agradezco a la Universidad todo lo
que me enseñó, lo que pude aprender, las cosas básicas que los grandes
periodistas tenemos que conocer en nuestro ámbito social.
Como opción de grado hice un
diplomado en periodismo que era los días sábados, donde tuve enseñanzas por
parte de Yesid Lancheros, editor Bogotá del periódico El Tiempo, Juan Camilo
Maldonado, editor Bogotá del periódico El Espectador, Camila Zuluaga de la W,
Claudia Palacios de la W y Noticias Capital, además de Jennifer Saenz quien
tiene su particular personaje de Socorro Porro.
Es una carrera
enriquecedora, llena de frutos a mediano y largo plazo, pero donde hay que
tener contactos muy fuertes para poder sobresalir, poder salir adelante, donde
no solo es el mérito del estudiante lo que equivale a tener experiencia, sino
que se pueda aprender de los errores, de las cosas que valgan la pena, de una
lucha por ser los mejores en un oficio que requiere pasión y entrega.
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